21 de June, 2023
Imborrable quedó en la memoria de quien
para la época era tan solo un niño de 11 años de edad, el espacio de tiempo,
modo y lugar donde ocurrió el desgarrador hecho.
El pequeño transitaba en su bicicleta cerca
de una tienda; la de Jairo Acosta Guerrero. Este último al ver la inocencia del
menor, lo llamó, pero al notar que no acudió a él, lo tomó por la fuerza, lo
ingresó a la tienda donde también quedaba su vivienda y allí lo violentó
sexualmente.
De acuerdo con el relato que la abuela del pequeño
le dio a la Fiscalía, el niño trató de resistirse para evitar que el sujeto
lograra su objetivo; sin embargo, el adulto para poder someterlo lo pateó, le
tapó la boca y le amarró las manos con lo que logró su control absoluto.
No contento con ello, el abusador intentó comprar el silencio de su víctima ofreciéndole $10.000 para que no contara nada de lo ocurrido, a lo que el niño no aceptó.
Frente a este hecho, el dictamen médico
legal sexológico arrojó como resultado que el menor presentaba lesiones
antiguas en sus partes íntimas, siendo compatible esto con un trauma por
maniobras sexuales.
La condena impuesta para Acosta Guerrero fue de 20 años de prisión señalado del delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, en concurso.
Aunque los hechos ocurrieron en agosto del
año 2011 en el sector del barrio El Salado de Ibagué, el sujeto quien tiempo después
repitió el mismo delito con su víctima se encuentra prófugo de la justicia, por
lo que, con la publicación de la sentencia impuesta por un juez y la orden de
captura, se espera que el abusador sea puesto tras las rejas.