Dos factores han puesto en jaque durante los últimos días a los organismos de socorro, autoridades y comunidad en general.
Uno es el fenómeno del niño el que, por las altas temperaturas, continúa golpeando a diferentes regiones del país, lo que ha redundado en incendios forestales, algunos de grandes proporciones.
El segundo factor es la mano del hombre. Personas inescrupulosas y confiadas adelantan las llamadas “quemas controladas”, mientras que otros arrojan elementos como colillas de cigarrillos, vidrios o baterías, siento estos materia prima para iniciar conflagraciones que terminan saliéndose de control.
En Piedecuesta, Santander, por ejemplo, cerca de 300 hectáreas fueron consumidas por las llamas en lugares como la meseta de Ruitoque y en inmediaciones del Rio del Hato.
Helicópteros, Bomberos, Defensa Civil, Policía y hasta Ejército, se unieron para controlar el fuego que amenazó con llegar a un conjunto residencial.
Entretanto, el Cuerpo Oficial de Bomberos de Ibagué atendió durante el fin de semana del 20 y 21 de enero ocho incendios forestales en los barrios Las Ferias, Eduardo Santos, Santa Ana, Piedra Pintada parte alta, Fuente Los Rosales, así como en las veredas de Villa Restrepo y Santa Teresa.
Jessica Salcedo, secretaria de Ambiente y Gestión del Riesgo del municipio, indicó que, por hacer parte de las ciudades con presencia del fenómeno del niño, se registra disminución de las lluvias, “lo que puede generar variaciones en los acueductos comunitarios y el acueducto de la ciudad; por eso es importante el llamado al uso eficiente del agua" dijo la funcionaria.
Por su parte, Carlos Camargo, defensor del Pueblo, debido a los 237 incendios forestales que van en lo corrido del 2024 hizo un llamado a los alcaldes y gobernadores para que adelanten planes preventivos con los que se pueda evitar que continúe el daño ambiental en el país.