Cada vez que las autoridades hacen operativos en celdas de centros carcelarios, son halladas caletas con droga, armas blancas y equipos de comunicaciones conformados por teléfonos celulares, tarjetas sim, cargadores y agendas con listas de personas, estas últimas generalmente víctimas de extorsión.
Hechos como esos podrían significar tres cosas: debilidad e inoperancia del sistema penitenciario con el que cuenta Colombia; complicidad de algunos custodios con el delito; todas las anteriores.
Una mujer que pidió reserva de su identidad y a quien en este especial llamamos "Sandra", decidió por iniciativa propia contar apartes de cómo es la corrupción que existe en el Complejo Carcelario y Penitenciario Coiba Picaleña.
En nuestra primera entrega periodística Sandra denunció cómo algunos miembros de la guardia serían cómplices de la delincuencia, recibiendo cifras cercanas a $1.600.000 para ingresar celulares a la cárcel de Ibagué.
Asimismo, habló de cómo durante las jornadas de visitas, algunas mujeres se introducen teléfonos móviles en la vagina y de esa manera logran evadir los controles de la seguridad carcelaria para finalmente dejar los aparatos a buen recaudo de los internos.
Durante su testimonio, Sandra se refirió a los patios de mujeres como los lugares donde más se concentra el uso de celulares.
Para sustento de su versión, suministró fotografías en las que se ven algunas privadas de la libertad posando dentro de sus celdas y pasillos.
De igual manera, un video enviado por la fuente demostraría el plan de una de las internas para recibir droga lanzada desde la calle hacia el interior del establecimiento carcelario y de esa manera evitar los filtros de seguridad.
La grabación muestra una garita cerca del área mencionada por la PPL (Persona Privada de la Libertad).
"Pa, vea, ahí se ve bien, vea. Allá se ve la garita. Pa acá. Ahí hay tres mallas. Pa allá es la calle. ¿Si ve por allá?" Con estas frases la interna comienza la explicación del plan para ingresar droga a la penitenciaría.
Y continúa diciendo: "¿Sí ve una casa por allá? Ahí se puede romper… ¿sí me entiende? A la madrugada o a la hora que sea, yo le puedo recibir".
Luego, la mujer menciona a sus compañeras: "Aquí en esta celda están las dos muchachas donde yo... paso con ellas, y pueden recibir los eventos por ahí a esa hora" dice.
En el video la PPL menciona que hechos como el que está narrando, los cometió en la cárcel donde estuvo anteriormente. “Así lo hacía yo en Pedregal" asegura.
De acuerdo con lo revelado por Sandra, la mujer que habla en la grabación sería una de las internas que más celulares tiene guardados en la celda, lo que, según la denunciante, le permite tener conversaciones permanentes con personas externas a la cárcel, así como también alimentar una cuenta en la red social TikTok donde se muestra cantando y bailando en su lugar de reclusión.
Las pruebas reveladas por la fuente son apenas una pequeña muestra del grado de corrupción que existe en el Complejo Carcelario y Penitenciario Coiba Picaleña; pues resulta difícil creer que la guardia no se dé cuenta de la posesión de teléfonos móviles por parte de algunas internas, cuando las fotografías demuestran que fueron tomadas en la parte externa de las celdas o en los pasillos.
Ante este “secreto a gritos", son las autoridades las que deben continuar con los operativos en los diferentes centros de reclusión; pues casos como los revelados por Sandra no son exclusivos de la cárcel de Ibagué, sino que reflejan el pan de cada día en los distintos complejos carcelarios de Colombia.
